VINO GEORGIANO: Un Viaje Sensorial a una Tradición Milenaria

En esta ocasión, nos embarcamos en un viaje a través de las colinas y los viñedos de Georgia, donde el vino Georgiano es más que una bebida: es un legado cultural que ha perdurado durante siglos. Desde la cuna de la viticultura georgiana, os invitamos a explorar la riqueza y la pasión que rodean a los vinos de esta tierra única.

Descubriendo la Cuna del Vino GEORGIANO

La historia del vino georgiano s se remonta a épocas inmemoriales. Con una antigüedad que supera los ocho mil años, los primeros rastros de vino fueron descubiertos en esta tierra, estableciendo firmemente a Georgia como un auténtico paraíso vinícola. Como afirma Kiltava, un apasionado defensor de la tradición vinícola georgiana, "Somos un país de vino", y esta afirmación cobra vida a medida que exploramos los viñedos y bodegas que hacen latir el corazón de esta ancestral cultura vinícola.

En el Cáucaso georgiano, se elaboró el primer vino de la Historia hace nada menos que 8.000 años. Los agricultores descubrieron que el mosto de uva que metían en tinajas -allí llamadas qvevri- tapadas se había convertido en vino al cabo de unos meses. La tinaja o qvevri de barro, que hoy resurge con fuerza en ambos países, es justamente lo que hermana la tradición vinatera georgiana con la española.

Un Abanico de Variedades y Sabores

Adentrarse en el mundo del vino georgiano es sumergirse en un abanico deslumbrante de variedades de uvas y técnicas de elaboración únicas en su tipo. Kiltava nos comparte con entusiasmo: "La elaboración del vino en Georgia es diferente y especial. Tenemos una gran diversidad de uvas, bodegas y vinos naturales. Incluso la cerveza georgiana es muy solicitada". Desde vinos tintos profundos que cuentan historias de tiempos pasados, hasta blancos refrescantes que capturan la esencia de la tierra, cada botella es un reflejo de la diversidad y la creatividad que fluye a través de los viñedos georgianos.

El alma de la viticultura georgiana reside en la pasión inquebrantable de sus productores y enólogos. Cada botella de vino es el resultado de una dedicación profunda y un amor genuino por la tierra. Esta pasión se materializa en una bodega singular que alberga exclusivamente vinos georgianos. Su creadora, una emprendedora apasionada y fuerza motriz detrás del proyecto, comparte con orgullo: "Mi idea ha sido la de crear una pequeña bodega con algunas de las referencias más interesantes". Esta bodega es un homenaje a la rica tradición vinícola de Georgia y un testimonio del espíritu innovador que impulsa a la región a nuevos horizontes enológicos.

Tesoros en Cada Copa

En Nunuka, los comensales podrán probar vinos de carácter único, como el vino blanco 'naranja' Dugladze Kisi Qvevri Dry Amber, macerado con los hollejos de la uva para extraer su esencia más profunda. También podrán explorar la sutileza de un suave tinto de la gran uva georgiana saperavi, como el Chelti Winery Saperavi 2017, en este caso criado en roble y no en qvevri. Cada copa es un viaje a través de siglos de tradición y pasión.

En conclusión, el vino georgiano es mucho más que una bebida; es una manifestación de una tradición que ha resistido el paso del tiempo y una ventana a la herencia y la cultura de este país. Cada sorbo es una invitación a explorar la rica historia vinícola de Georgia y a sumergirse en sus sabores únicos y cautivadores.